miércoles, 19 de septiembre de 2012

Santiago Carrillo y la demagogia


Dios te libre, niña, del día de las alabanzas! Me decía mi yaya hace muchos años. Hoy he comprobado la verdad de aquellas palabras. Don Santiago Carrillo ha muerto a la edad de 97 años y mientras dormía una plácida siesta.
Tras él se nos va un parte de nuestra historia. La conocida y la oculta. Oculta por el interés, nos dijeron, de la Democracia y el buen entendimiento entre los españoles. Esto no es cierto. Los españoles, de izquierdas o derechas, hacía muchos años que convivían en paz y armonía. Habían asistido a los mismos colegios, eran amigos de las mismas pandillas y se habían casado entre ellos. La Guerra Civil les queda lejana, algo que contaban los mayores con la intención de que nunca se repitiera.
Lo cierto que  es que hubo un pacto de silencio entre las nuevas fuerzas políticas surgidas tras la muerte del General Franco. Carrillo así se lo confirmó al periodista, Sr Arteseros, en una entrevista realizada a principios de los años 90. Pacto que el Sr. Rodriguez Zapatero se saltó a la torera con su Ley de Memoria Histórica.
Los políticos y otras personalidades, han presentado sus respetos en la capilla ardiente en la sede de CCOO de Madrid. Quizás llevados por la emoción del momento he oído los panegíricos que han dedicado a la persona y actitud política de Don Santiago.
¡Un hombre imprescindible para la democracia!¡ Su participación en La Constitución española fue determinante!¡ Un demócrata!¡Un Padre de la Patria!
Así, hasta un larguísimo etcétera de alabanzas, muchas inmerecidas por inciertas.
Don Santiago fue, primero socialistas. Un socialista joven y ambicioso. Inteligente entre la medianía imperante en los socialistas, a los 19 años es nombrado secretario de las Juventudes Socialistas. Participa en la Revolución de 1934. Aquello le llevó a ingresar en prisión hasta 1936, año en que se hizo con el poder de la República el Frente Popular. Viajó a Moscú, invitado por Stalin y quedó deslumbrado por los "avances" que les fueron presentados a los integrantes de aquél viaje meramente propagandístico. Mientras media Rusia se moría de hambre y otra media era masacrada, ellos vieron lo que el dictador y sanguinario Stalin quería que vieran.
Cierto es que, otros, pasado el tiempo se dieron cuenta del engaño. Don Santiago, o por que no quiso o por que no supo, siguió en su empeño de hacer ver lo blanco, negro. ¡El Comunismo salvaguarda del oprimido! Pregonaba, hasta llegar al enfrentamiento con su propio padre.
En la triste Guerra Civil, se afilia al Partido Comunista de España(le interesaba más) y es nombrado  Consejero de Orden Público.
Acuciada Madrid, por las tropas nacionales, el 7 de noviembre y hasta el 4 de diciembre, se producen "traslados" de presos desde la cárcel Modelo hasta Paracuellos del Jarama y Torrejón de Ardoz, allí son fusilados y enterrados en fosas comunes. Cierto es que, Don Santiago siempre negó tener nada que ver en tales hechos pero mi afirmación no se basa en meras conjeturas, dado el cargo que ostentaba. Me baso en las memorias escritas en 1945 por Jesús Galindez que fue asesor de la Dirección General de Prisiones cuando ocupaba el Ministerio de Justicia de la Segunda Repéublica, Manuel de Irujo.
Sobre el asedio de Madrid, escribe:
El mismo día 6 de noviembre se decide la limpieza de esta quinta columna por las nuevas autoridades que controlaban el orden público. La trágica limpieza de noviembre fue desgraciadamente histórica; no caben paliativos a la verdad. En la noche del 6 de noviembre fueron minuciosamente revisadas las fichas de unos seiscientos presos de la cárcel Modelo y, comprobada su condición de fascistas, fueron ejecutados en el pueblecito de Paracuellos del Jarama. Dos noches después otros cuatrocientos. Total 1.020. En días sucesivos la limpieza siguió hasta el 4 de diciembre. Para mí la limpieza de noviembre es el borrón más grave de la defensa de Madrid, por ser dirigida por las autoridades encargadas del orden público. (J. de Galíndez Suárez, Los vascos en el Madrid sitiado)
Gueorgue Dimitrov, líder de la Internacional Socialista en los tiempos de Stalin, escribe:
Pasemos ahora a Irujo. Es una nacionalista casco, católico. Es un buen jesuita, digno discípulo de Ignacio de Loyola (...). Se dedica especialmente a acosar y perseguir a gente humilde y a los antifascistas que el años pasado trataron con brutalidad a los presos fascistas en agosto, septiembre, octubre y noviembre. Quería detener a Carrillo, secretario general de la Juventud Socialista Unificada, porque cuando los fascistas se estaban acercando a Madrid, Carrillo, que era entonces gobernador, dio la orden de fusilar a los funcionarios fascistas detenidos. En nombre de la ley, el fascista Irujo, ministro de Justicia del gobierno republicano, ha iniciado una investigación contra los comunistas, socialistas y anarquistas que trataron con brutalidad a los presos fascistas. (...) Irujo está haciendo todo lo posible e imposible para salvar a los trotskystas y sabotear los juicios que se celebran contra ellos.
Así mismo, Jorge Semprún en su biografía de Federico Sánchez comenta que:
"la mitad de los encarcelados en cárceles del Franquismo lo estaban porque les había denunciado Santiago Carrillo".
Carmen Grimau, escribió un artículo en Libertad Digital, Reflexión final, en el que al referirse a su padre dice:"Un muerto incómodo, eso fue para el PC". Al tiempo que mantiene la opinión de que: Santiago Carrillo siempre silenció la delación política. También afirma que su padre fue traicionado por su propia organización. 
Lister, así mismo, mantuvo la misma opinión llegando a redactar un informe en el que comentaba las repetidas detenciones de sus camaradas, sospechando de delaciones de Santiago Carrillo.
Si nos retrotraemos a los años de la transición, podemos comprobar por ser hechos más recientes y sobre los que existe amplia y detallada información, que el Sr. Carrillo no formó parte de los Padres de la Patria, ni participó en la redacción de nuestra Carta Magna. Fueron:
Gregorio Peces Barba del PSOE, Miguél Herrero y Rodriguez de Miñón de UCD, Gabriel Cisneros Laborda de UCD, José Pedro Pérez-Llorca de UCD, Manuel Fraga Iribarne de AP, Miguél Roca i Yunyent de CiU y Jordi Solé Turá del PCE.
Luego, sin negarle a Don Santiago su voluntad de llegar a un  consenso, no podemos admitir que se le llame Padre de la Patria. 
He de comentar que cuando fallece Francisco Franco, al igual que hoy día, no existía una mayoría
de personas que se definieran como comunistas como queda reflejado en las primeras elecciones democráticas. Quizás esto influyó el el nuevo sentir democrático del comunista. España había cambiado, teníamos más cultura que en 1931.
En una entrevista que se le hizo en 2005 para el periódico El País, Don Santiago dijo que:"...Incluso, en algún caso, he tenido que eliminar a alguna persona. Eso es cierto.Pero no he tenido nunca problemas de conciencia, era una cuestión de supervivencia ya que estaba en juego la vida de otros militantes que, muchos de ellos, acabaron en la cárcel o ejecutados".
En otra entrevista para la Cadena SER, en 2008, dijo:"Todos hemos sido terroristas".
Este es el perfil de quién ya está ante la verdad absoluta y donde, ni la hipocresía, la mentira acomodaticia o la cobardía o el complejo democrático tiene cabida. Esto solo tiene cabida en este mundo. De ahí los panegíricos e incluso, las lágrimas de actrices o cantantes que se dicen comunistas y viven en un total capitalismo lleno de lujos. Don Santiago, ya está en la Gloría porque Dios es infinitamente bueno y nos perdona a todos. Descanse en paz, Don Santiago, usted y el siglo XX. Afortunadamente, estamos ya en el XXI.

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